La ciudad infinita


Dice Chava Flores que cuando ampliaron Reforma los de las Lomas se volvieron vecinos de los de Peralvillo. Reforma, una de las grandes calles (avenidas) de la ciudad, existe como la conocemos por Maximiliano, hecha a imagen y semejanza de su hogar, Viena. Si uno visita la capital austriaca, verá que sus avenidas principales son muy parecidas a esta. La idea era trazar el camino más directo y rápido de Chapultepec al Zócalo. Hoy esto parece muy lejano a la realidad, con los embotellamientos de las seis de la tarde. Pero a veces, desde el punto más alto del castillo, cuando el aire está limpio y el día soleado, alcanzan a verse los palacios que rodean la Plaza de la Constitución, punto de partida de esta ciudad infinita.

Fue Charles La Trobe, no Alejandro Humboldt, quien le puso "la Ciudad de los Palacios". Nunca me ha gustado mucho ese nombre; para empezar, porque suena a eslogan del Palacio de Hierro. La otra razón es que me parece demasiado circunstancial, ¿qué pasa si en un temblor se caen todos esas construcciones emblemáticas? ¿O si las convierten en coworkings? También es una descripción anticuada, hoy son más comunes otros tipos de edificios, y en general, otras cosas; incluso sería más adecuado ponernos "la Ciudad de los Tacos", con eso de que en promedio los chilangos tenemos una taquería a no más de 400 metros.

Ocurre algo distinto con París, la Ciudad de las Luces, ¿qué pasa allí si hay un apagón? Pasa que, afortunadamente, tienen un nombre de repuesto: la Ciudad del Amor. Nueva York es la Ciudad que Nunca Duerme, o más conveniente para fabricar souvenirs: la Gran Manzana. Viena es la Ciudad Imperial; Ámsterdam, la Venecia del norte. Venecia es la Serenissima o la Novia del Mar. Tenochtitlán fue la Venecia de los aztecas. Puebla es la Ciudad de los ángeles y Cuernavaca es de la Eterna Primavera, como lo son Arica, Caracas, Cidra, Cochabamba, Guatemala, Jarabacoa, Medellín, Quito, Tegucigalpa y Trujillo… nomás en Latinoamérica.

Quizá con la excepción de Cuernavaca, que con el calentamiento global podría perder su privilegiado clima, la mayoría de estas ciudades obtienen su nombre a partir de propiedades que es difícil que cambien, o bien, a partir de su personalidad. ¿Cómo describir, entonces, aquello verdaderamente intrínseco a la Ciudad de México? ¿Qué es la Ciudad de México?

La ciudad de los tacos, para empezar. O de las quesadillas con queso y sin queso. La ciudad del tráfico, la ciudad del smog. La ciudad con ríos pero sin agua. La ciudad del clima muy frío o muy caluroso. La ciudad extrema, la ciudad monstruo, la ciudad del caos. La ciudad apocalíptica, la ciudad sobreviviente. La ciudad de los volcanes, de los temblores y las inundaciones. La ciudad de ciudades, tomando en cuenta que muchos barrios eran asentamientos ajenos a Tenochtitlán. La ciudad diversa. La ciudad en donde caben todos pero ya no cabe ni uno más. La ciudad que es un mundo, la ciudad universo (¡la ciudad multiverso!). La ciudad que es todo, la ciudad que es todo y más. La ciudad que es para siempre. ¿La ciudad eterna? Esa es Roma, pero algo por el estilo.

La ciudad enorme, la ciudad inmensa, la ciudad océano. La ciudad gigante.

(La ciudad más bella).

La ciudad que se reinventa. La ciudad que nunca se acaba.

¿La ciudad sin fin?


Espera.

Un pequeño ajuste.



La ciudad infinita


 Lola Álvarez Bravo, "Anarquía arquitectónica de la Ciudad de México", 1953.


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